Desaparecer en ti

El frío se había instalado en su corazón. La telaraña que se había ido tejiendo parecía volverse más densa a cada paso que daba.
Las lagrimas caldeaban sus ojos, aunque el precio a pagar había sido la nitidez del mundo. No era capaz de entender qué había pasado. ¿Cuándo se había alejado tanto como las estrellas, imposibles de alcanzar?
Deseó ser sincera como las lágrimas; anheló ser pura como la nieve; poder caer sobre tu rostro sin miedo, derretirse y mostrarse como tal cual era; recorrer tu piel sintiendo cada poro y morir en tu boca. Desaparecer en ti.
Solo necesitaba que lo dijeras. Lo único que hacía falta para no dejarse caer era tu voz. "Quédate". Para cuando desapareció tu mudez, ya estaba perdida.
Cerró los ojos para no descubrir en los tuyos quién era en realidad. ¿A quién le importaba que se rindiera? A decir verdad, nadie es imprescindible. ¿Y qué si se dejó ganar?
Se preguntó qué habría pasado... si tan solo... hubieras llegado a tiempo... La habías salvado tantas veces... ¿por qué esa no?

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¿Cuánto hacía que no dejaba los dedos correr sobre el teclado? Demasiado.
Pronto cosas más acordes con lo habitual. Perdón por lo tan atípico de la entrada.