Por eso los humanos han creado la ilusión del concepto "estático". Queremos creer en un mundo en reposo. El mundo de "ahora mismo". Pero nuestra gran paradoja sigue siendo la misma: el momento en el que cogemos el "ahora", el "ahora" ya se ha ido. Nos aferramos a las fotos, pero la vida está formada por fotos en movimiento. Cada nanosegundo es diferente del anterior. El Tiempo nos obliga a crecer, a adaptarnos... porque cada vez que parpadeamos... el mundo cambia bajo nuestros pies.
El cambio no es fácil, con frecuencia es angustioso, difícil, pero hay quien diría que eso es bueno. Porque el cambio nos hace fuertes y resistentes. Y nos enseña a evolucionar.
Todo cambia a nuestro alrededor, siempre. A un ritmo constante, a veces tan deprisa que te deja sin aliento. El mundo siempre está girando, aunque te duela cada movimiento, nunca se detiene.
Hay momentos en los que me gustaría poder hacerlo parar, bajarme del mundo, descansar de esos cambios que últimamente asolan mi vida y no me dejan tiempo ni de respirar.
Me gustaría cerrar los ojos y marcharme, volver a aquél lugar que no existe en realidad. ¿Quién se daría cuenta de mi marcha? ¿Quién me pediría que me quedara? Siempre he pedido que no cambiara nada, que las cosas siguieran funcionando igual. "Quédate" es una palabra que he desgastado de tanto usar. ¿La desgastarías ahora por mí?
Un sueño eterno, del que puedes pero no quieres despertar. Un mundo en blanco, sin cambios. ¿No sería maravilloso?
Me apunto al carro de que las cosas se queden quietecicas tal y como están en uno de esos buenos y tan excasos momentos. No pido para siempre,eso sería pedir demasiado, pero que menos que el tiempo suficiente como para poder saborearlos como se merecen.
ResponderEliminarA veces siento que todo pasa tan deprisa que no puedo aferrarme a esas cosas buenas que pasan, que solo puedo verlos pasar sin poder agarrarme a ellos para tenerlos cerca en los momentos difíciles.
ResponderEliminar